Gálax el Cosmonauta fué una creacion del guionista Víctor Alcázar (Víctor Mora) y Fuentes Man para la revista Bravo en 1.968. La revista trataba de aglutinar material de la editorial Dargaud (Fort Navajo, Michel Tanguy, Aquiles Talon) con el español (Gálax, Grand Prix, Comandos de África, La familia Trapisonda) creando un conjunto de gran calidad, donde primaban sobre todo, las series de aventura desde un punto de vista realista. Durante mas de treinta numeros se alternaron las series españolas con las francesas, hasta que las primeras fueron desapareciendo, sustituyendose por las clásicas historias de personajes bruguerianos (El doctor Cataplasma, Don Furcio buscabollos, etc). En pocos números, la busqueda de nuevos formatos, hace que la revista Bravo cierre en el número 46, emigrando todos los personajes de Dargaud a una revista de nueva creacción, Gran Pulgarcito, pero eso es otra historia.
Como hemos dicho, el guión corrió a cargo de Víctor Mora, que se encontraba en un gran momento creativo, y supo darle un carácter y una marca especial al serial espacial. En la parte gráfica, destaca Fuentes Man, que con su inconfundible estilo, dió fuerza a toda la narración. En un episodio, El misterio de Luna Tres, el dibujo recayó en Rafael Ramos, con un estilo notablemente diferente del de Fuentes Man.
En la revista Bravo, se publicaron tres historias largas en formato continuará, que fueron: Amenaza sobre la Tierra, Enigma en la Luna y el Misterio de Luna Tres (esta última con dibujo de Ramos). Posteriormente, al remodelarse la revista Bravo, se publicaron ocasionalmente episodios cortos como El Planeta de los Marlocks y La luz de los diez mil soles. Los episodios cortos se alternarian con los otros productos españoles. Posteriormente fueron reeditadas algunas de estas historias en el Tío Vivo y en el DDT.
La serie está protagonizada por el Coronel Gálax, del Centro Mundial de Investigaciones Espaciales (CMIE), con su tripulación, compuesta por Daniel, Arturo y Laura. Todos a bordo de la nave Meteor I van a encargarse de encarar las amenazas estelares que amenazan al Universo. El CMIE es una entidad multinacional al estilo de la ONU. Un concepto parecido justificaria otra serie de la revista Bravo, Los Comandos de África.
Los adversarios con los que se enfrentaran, seran un pulpo gigante, crustáceos gigantes, un barco carguero que se desliza por el espacio, un villano de opereta lanzador de yo-yo (Mister Yo-Yo) con sicarios uniformados al mas puro estilo tradicional, hasta impresionantes giros del guión que magistralmente desarrolla Mora, para darnos alguna sorpresa.
A pesar de, o quizas por destinarse a un público juvenil, tiene momentos especialmente impactantes, como son las dramáticas muertes de algunos personajes, magistralmente descritas por Fuentes. Naves que se funden literalmente, cadáveres abandonados en el espacio para toda la eternidad. Todo ello le dá un toque de dramatismo y de poesía a la serie.
La historia a la que pertenecen las imagenes de encima, es Enigma en la Luna, donde no falta ningún ingrediente de opereta, desde el villano Mister Yo-yo y sus sicarios uniformados, acompañado de otros elementos mas llamativos, como el barco que navega por el espacio, montañas que se abren al estilo Thunderbird (del cual hay una clara influencia en este episodio) que sin duda harían las delicias del público al que iban dirigidos los relatos.
El episodio El misterio de Luna Tres (arriba), es muy diferente a los demás, primero por la diferencia de dibujo, ya que el dibujo de Ramos es opuesto al realismo de Fuentes, evidenciado sobre todo en los rostros de los personajes (irreconocibles), el protagonismo de los cosmonautas soviéticos, que compartiran protagonismo con Gálax, y un Víctor Mora muy inspirado, que juega habilmente con el lector. Todo ello lleva a una historia muy atractiva, aunque no este al nivel gráfico de los anteriores.
Por último, señalar que ya que estamos en pleno revival de reediciones de la fencida editorial Bruguera, estaría bien la edición de algún tomito con las aventuras de Gálax, ya que sin duda, es una obra meritoria, y además destaca sobre todas las series publicadas en la revista (las españolas claro), y supo brillar con luz propia al lado de grandes obras maestras como fueron Fort Navajo (mas tarde teniente Blueberry) y Aquiles Talon (sin desmerecer a las otras obras mencionadas).
martes, octubre 13, 2009
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8 comentarios:
Preciosa recuperación de un gran dibujante y una serie bastante digna.
Fuentes Man es uno de mis autores preferidos desde siempre. Le tengo un aprecio muy especial.
Sería fantástico que reeditarán esta serie. Y también las historias cortas que aparecían en las distintas publicaciones de Bruguera. Fuentes Man realizó algunas y muy buenas (e igulamente: Blasco, Bielsa, Ortiz, Carrillo, etc.)
Tengo entendido que lo editado en las otras revistas de Bruguera (de Gálax) eran reediciones, por lo menos lo que he visto en DDTs y Tíos Vivos.
Hace poco han reeditado en la colección de Planeta de Joyas Literarias, dos episodios suyos en el primer volumen de Salgari.
Fui lector ocasional de Bravo y me gusta mucho el estilo del cómic incipiente de esa época, como éste que nos has rescatado, una gozada en planteamiento y en estilismo.
Un post cojonudo, hablando en plata.
En efecto, eran reediciones de Gálax, pero yo me refería a otras historietas distintas que también se publicaron en esas revistas, algunas de las cuales dibujo el gran Fuentes Man.
La reedición de Joyas Literarias es, a mi modo de ver, pésima. El papel y el sistema utilizado me parecen inadecuadados.
A mí me hubiese hecho mas ilusión que respetasen el formato cuadernillo que tenían.
Fantástico Fuentesman!
La aparición de la revista "Bravo" en 1968 fue un suceso extraordinario. Nos hizo conocer a los niños de entonces unos dibujos y, sobre todo, unos argumentos de una calidad y un dramatismo ausentes de las demás revistas de historietas. Claro, ahí estaba Dargaud y sus grandes obras maestras... Pero la aportación española también apuntaba alto y esta serie en particular tenía un encanto especial, con imágenes tan poéticas como la de un viejo barco surcando el espacio o la cosmonauta rusa abandonada a su suerte. Por cierto, que Víctor Mora, que al parecer militaba en el PSUC, metió un par de golazos al régimen sacando a soviéticos buenos y, encima, llamando al protagonista cosmonauta, al estilo de la URSS, y no astronauta como hubiese sido lógico.
No conservo todos los números de "Bravo" y desde aquí lanzo la pregunta: ¿Alguien sabe qué le pasó a la pobre rusa que llora en su nave-sarcógafo?
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